Primeramente, queremos
recalcar dos características de este tipo de trabajos diacrónicos. La primera
es que toda aproximación que se ha hecho y se hará siempre distará de la
original, que los distintos ensayos, análisis y teorías son avances en los
estudios lingüísticos pero nunca se podrán contrastar con la lengua en acción.
Esto no quita validez a todas las aproximaciones que se han hecho, al
contrario, gracias a éstos se han llenado huecos y vacíos a través de grandes
investigadores y estudiosos que ha ido a ciegas en el campo de la historia de
la lengua. La segunda es que para un estudio fonológico se debe partir, en
nuestro caso así procedimos, desde el estudio de la relación entre grafía y
sonido, y los rasgos de oralidad de cada texto a analizar.
En este estudio
quisimos contrastar las grafías y los sonidos de los textos literarios de Sor
Juana para hacer un prototipo de reconstrucción de su pronunciación, y, por lo
tanto, de su época. Nos enfrentamos a un período poco estudiado, con mucha
menos bibliografía que el siglo XVI y desvalorado por algunos estudiosos. Sin
embargo, después del análisis del corpus nos hemos dado cuenta que hay muchos
elementos que aún faltan por estudiar, que un estudio más amplio y con mayores
herramientas podría darnos más información de los principios del español
moderno.
También debemos hacer
hincapié en que Sor Juana al pertenecer a un estatus social alto (el de la
corte), y además es un hispanohablante culto presenta muy pocas variaciones en
las grafías, a diferencia de una persona de clase media o baja. Uno podría
pensar que la lengua literaria al ser un artificio en el que se trata de
eliminar los rasgos de la oralidad popular, no permite errores y desdeña el
habla que no forme parte de la retórica y el arte de escribir, sin embargo, en
nuestro trabajo tratamos de mostrar que incluso un hablante de la calidad de
Sor Juana puede presentar pequeñas muestras en las que la oralidad se inserta y
permanece.
En todo momento
pensamos que nuestra página mostrara de manera general (y a veces no tanto) un
panorama tan basto en cambios fonéticos y fonológicos como lo son los siglos
XVI y XVII. Quisimos hacer una síntesis de los cambios y explicar el habla de
nuestra escritora y la de su época. Había muchos trabajos en los que se
estudiaba la lengua de personas que pertenecían a la clase baja y a la media,
nosotros quisimos explorar este terreno desconocido que es el habla culta. Si
hicimos bien nuestra labor o no, eso se lo dejamos a nuestros lectores.
Ahora bien, después de
un análisis del corpus, las grafías, la relación entre las palabras y la
información de artículos de revista, libros, conocimiento adquirido en la clase
y páginas de internet nos dimos cuenta que el español de Sor Juana Inés de la
Cruz, que se encuentra a finales del siglo XVII, presenta fenómenos muy
importantes:
1) Las vocales no
tienen cambios, las transformaciones fonológicas del siglo XVI al XVII se dan
en los sonidos consonánticos.
2) A principios del
siglo XVI ya se habla de la velarización total de la /ʃ/, como
resultado dio la /x/
3) La distinción
entre el sonido oclusivo sonoro bilabial /b/ y /v/ da como resultado un proceso
de desfonologización en el sistema, así, tenemos como resultado la oclusiva
bilabial sonora como el fonema que representa la "b" y la
"v". Sin embargo, encontramos algunas variaciones en las grafías,
probablemente el español de Sor Juana al ser de un estrato alto tendía a
prescribir las grafías en relación con algunos sonidos arcaicos. No nos
atrevemos a dar un resultado tajante, pero invitamos a la exploración en este
campo para futuros estudios.
4) Las grafías
"s", "ss", "c", "z", "ç" representaba
al sonido alveolar fricativo sordo /s/, por eso tantas confusiones en las
grafías, fenómeno conocido como seseo.
5) Nos enfrentamos a un
corpus donde no hay confusión de las grafías “y” y “ll”, ni alternan en
distintos aspectos, por lo cual no podemos aseverar si hay yeísmo en su lengua.
Probablemente por ser un dialecto mexicano lo más seguro es que tenga rasgos
yeístas pero no hay confusión por su estrato diastrático.